En el blog de Gaiar me encuentro con esta valiosa reflexión:
Hay formas del lenguaje que permiten una comunicación directa y sin ambigüedades.
La comunicación clara dispersa nubes de dudas.
Hay mesas donde se utilizan las medias verdades y la mentira política.
En algunos este tipo de forma de comunicarse produce la duda y la intranquilidad.
Son estridencia que oculta la verdad. Lo que se oculta detrás de estas cosas puede ser cualquier cosa. Y precisamente es el lenguaje de los señores y de los que utilizan el disfraz de la corbata.
Es el lenguaje enemigo del compañerismo y la amistad. La nave de la vida precisa de instrucciones claras y muy bien definidas.
Otro lenguaje es el de la canción y de la poesía. Es un lenguaje hecho para tocar corazones y para acariciar el alma. Las frases se construyen para que lleguen a aquellos que estén preparados para vivir en el amor más puro.
De alguna manera todos lo reciben, pero no a todos llega lo mismo. Luego hay canciones para exaltar determinadas emociones.
Que llaman a la acción. Y casi se cierra un ciclo, pues habrá que ver con qué propósitos se escribieron.
Podrían ser acciones colectivas relacionadas con la guerra. O pueden ser canciones de paz, que diseminan los humos de los restos de la batalla. Palabras para todos, poco entendimiento.
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