sábado 10 Marzo 2012
Sábado de la segunda semana de Cuaresma
Santo(s) del día : Santos mártires de Sebaste, San Melitón
Evangelio según San Lucas 15,1-3.11-32.
Todos los
publicanos y pecadores se acercaban a Jesús para
escucharlo.
Los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: "Este hombre
recibe a los pecadores y come con ellos".
Jesús les dijo entonces esta parábola:
Jesús dijo también: "Un hombre tenía dos hijos.
El menor de ellos dijo a su padre: 'Padre, dame la parte de herencia
que me corresponde'. Y el padre les repartió sus bienes.
Pocos días después, el hijo menor recogió todo lo que tenía y se fue
a un país lejano, donde malgastó sus bienes en una vida licenciosa.
Ya había gastado todo, cuando sobrevino mucha miseria en aquel
país, y comenzó a sufrir privaciones.
Entonces se puso al servicio de uno de los habitantes de esa región,
que lo envió a su campo para cuidar cerdos.
El hubiera deseado calmar su hambre con las bellotas que comían
los cerdos, pero nadie se las daba.
Entonces recapacitó y dijo: '¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen
pan en abundancia, y yo estoy aquí muriéndome de hambre!
Ahora mismo iré a la casa de mi padre y le diré: Padre, pequé
contra el Cielo y contra ti;
ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus
jornaleros'.
Entonces partió y volvió a la casa de su padre. Cuando todavía
estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió profundamente; corrió a
su encuentro, lo abrazó y lo besó.
El joven le dijo: 'Padre, pequé contra el Cielo y contra ti; no
merezco ser llamado hijo tuyo'.
Pero el padre dijo a sus servidores: 'Traigan en seguida la mejor
ropa y vístanlo, pónganle un anillo en el dedo y sandalias en los
pies.
Traigan el ternero engordado y mátenlo. Comamos y festejemos,
porque mi hijo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido
y fue encontrado'. Y comenzó la fiesta.
El hijo mayor estaba en el campo. Al volver, ya cerca de la casa,
oyó la música y los coros que acompañaban la danza.
Y llamando a uno de los sirvientes, le preguntó que significaba eso.
El le respondió: 'Tu hermano ha regresado, y tu padre hizo matar el
ternero engordado, porque lo ha recobrado sano y salvo'.
El se enojó y no quiso entrar. Su padre salió para rogarle que
entrara,
pero él le respondió: 'Hace tantos años que te sirvo sin haber
desobedecido jamás ni una sola de tus órdenes, y nunca me
diste un
cabrito para hacer una fiesta con mis amigos.
¡Y ahora que ese hijo tuyo ha vuelto, después de haber gastado tus
bienes con mujeres, haces matar para él el ternero engordado!'.
Pero el padre le dijo: 'Hijo mío, tú estás siempre conmigo, y todo lo
mío es tuyo.
Es justo que haya fiesta y alegría, porque tu hermano estaba
muerto
y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado'".
escucharlo.
Los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: "Este hombre
recibe a los pecadores y come con ellos".
Jesús les dijo entonces esta parábola:
Jesús dijo también: "Un hombre tenía dos hijos.
El menor de ellos dijo a su padre: 'Padre, dame la parte de herencia
que me corresponde'. Y el padre les repartió sus bienes.
Pocos días después, el hijo menor recogió todo lo que tenía y se fue
a un país lejano, donde malgastó sus bienes en una vida licenciosa.
Ya había gastado todo, cuando sobrevino mucha miseria en aquel
país, y comenzó a sufrir privaciones.
Entonces se puso al servicio de uno de los habitantes de esa región,
que lo envió a su campo para cuidar cerdos.
El hubiera deseado calmar su hambre con las bellotas que comían
los cerdos, pero nadie se las daba.
Entonces recapacitó y dijo: '¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen
pan en abundancia, y yo estoy aquí muriéndome de hambre!
Ahora mismo iré a la casa de mi padre y le diré: Padre, pequé
contra el Cielo y contra ti;
ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus
jornaleros'.
Entonces partió y volvió a la casa de su padre. Cuando todavía
estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió profundamente; corrió a
su encuentro, lo abrazó y lo besó.
El joven le dijo: 'Padre, pequé contra el Cielo y contra ti; no
merezco ser llamado hijo tuyo'.
Pero el padre dijo a sus servidores: 'Traigan en seguida la mejor
ropa y vístanlo, pónganle un anillo en el dedo y sandalias en los
pies.
Traigan el ternero engordado y mátenlo. Comamos y festejemos,
porque mi hijo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido
y fue encontrado'. Y comenzó la fiesta.
El hijo mayor estaba en el campo. Al volver, ya cerca de la casa,
oyó la música y los coros que acompañaban la danza.
Y llamando a uno de los sirvientes, le preguntó que significaba eso.
El le respondió: 'Tu hermano ha regresado, y tu padre hizo matar el
ternero engordado, porque lo ha recobrado sano y salvo'.
El se enojó y no quiso entrar. Su padre salió para rogarle que
entrara,
pero él le respondió: 'Hace tantos años que te sirvo sin haber
desobedecido jamás ni una sola de tus órdenes, y nunca me
diste un
cabrito para hacer una fiesta con mis amigos.
¡Y ahora que ese hijo tuyo ha vuelto, después de haber gastado tus
bienes con mujeres, haces matar para él el ternero engordado!'.
Pero el padre le dijo: 'Hijo mío, tú estás siempre conmigo, y todo lo
mío es tuyo.
Es justo que haya fiesta y alegría, porque tu hermano estaba
muerto
y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado'".
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
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