HOLA.. DESEO DE CORAZON TU ESTES BIEN DE SALUD Y CON UNION FAMILIAR .. TEN PRESENTE QUE EL AMOR UNÍDO AYUDA A MANTENER SIEMPRE LA PAZ.... RECUERDA .....**.LA UNION HACE LA FUERZA.**
lunes, 9 de abril de 2012
EVANGELIO JUEVES SANTO
jueves 05 Abril 2012
Jueves Santo: Misa de la tarde del Jueves Santo en
memoria de la Cena
del Señor
Santo(s) del día : San Vicente Ferrer
Evangelio según San Juan 13,1-15.
había llegado la hora de pasar de este mundo al
Padre, él, que había amado a los suyos que quedaban
en el mundo, los amó hasta el fin.
Durante
inspirado a Judas Iscariote, hijo de Simón, el
propósito de entregarlo,
sabiendo Jesús que el Padre había puesto todo en sus
manos y que él había venido de Dios y volvía a Dios,
se levantó de la mesa, se sacó el manto y tomando
una toalla se la ató a la cintura.
Luego echó agua en un recipiente y empezó a lavar
los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla
que tenía en la cintura.
Cuando se acercó a Simón Pedro, este le dijo: "¿Tú,
Señor, me vas a lavar los pies a mí?".
Jesús le respondió: "No puedes comprender ahora lo
que estoy haciendo, pero después lo comprenderás".
"No, le dijo Pedro, ¡tú jamás me lavarás los pies a
mí!". Jesús le respondió: "Si yo no te lavo, no podrás
compartir mi suerte".
"Entonces, Señor, le dijo Simón Pedro, ¡no sólo los
pies, sino también las manos y la cabeza!".
Jesús le dijo: "El que se ha bañado no necesita
lavarse más que los pies, porque está completamente
limpio. Ustedes también están limpios, aunque no
todos".
El sabía quién lo iba a entregar, y por eso había dicho:
"No todos ustedes están limpios".
Después de haberles lavado los pies, se puso el
manto, volvió a la mesa y les dijo: "¿comprenden lo
que acabo de hacer con ustedes?
Ustedes me llaman Maestro y Señor; y tienen razón,
porque lo soy.
Si yo, que soy el Señor y el Maestro, les he lavado los
pies, ustedes también deben lavarse los pies unos a
otros.
Les he dado el ejemplo, para que hagan lo mismo que
yo hice con ustedes.
EVANGELIO MIÉRCOLES SANTO
miércoles 04 Abril 2012
Miércoles Santo
Santo(s) del día : San Isidoro de Sevilla
Evangelio según San Mateo 26,14-25.
Entonces
uno de los Doce, llamado Judas Iscariote,
fue a ver a los sumos sacerdotes
Y resolvieron darle treinta monedas de plata.
Desde ese momento, Judas buscaba una ocasión
favorable para entregarlo.
El primer día de los Acimos, los discípulos fueron
a preguntar a Jesús: "¿Dónde quieres que te
preparemos la comida pascual?".
El respondió: "Vayan a la ciudad, a la casa de tal persona, y díganle: 'El Maestro dice: Se acerca mi hora, voy a celebrar
Ellos hicieron como Jesús les había ordenado y
prepararon
Al
y, mientras comían, Jesús les dijo: "Les aseguro
que uno de ustedes me entregará".
Profundamente apenados, ellos empezaron a
preguntarle uno por uno: "¿Seré yo, Señor?".
El respondió: "El que acaba de servirse de la
misma fuente que yo, ese me va a entregar.
El Hijo del hombre se va, como está escrito de él,
pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre
será entregado: más le valdría no haber nacido!".
Judas, el que lo iba a entregar, le preguntó: "¿Seré
yo, Maestro?". "Tú lo has dicho", le respondió
Jesús.
EVANGELIO MARTES SANTO
martes 03 Abril 2012
Martes Santo
Santo(s) del día : San Juan Brittos
Evangelio según San Juan 13,21-33.36-38.
manifestó claramente: "Les aseguro que uno de
ustedes me entregará".
Los discípulos se miraban unos a otros, no sabiendo a
quién se refería.
Uno de ellos -el discípulo al que Jesús amaba- estaba
reclinado muy cerca de Jesús.
Simón Pedro le hizo una seña y le dijo: "Pregúntale a
quién se refiere".
El se reclinó sobre Jesús y le preguntó: "Señor,
¿quién es?".
Jesús le respondió: "Es aquel al que daré el bocado
que voy a mojar en el plato". Y mojando un bocado,
se lo dio a Judas, hijo de Simón Iscariote.
En cuanto recibió el bocado, Satanás entró en él.
Jesús le dijo entonces: "Realiza pronto lo que tienes
que hacer".
Pero ninguno de los comensales comprendió por qué
le decía esto.
Como Judas estaba encargado de la bolsa común,
algunos pensaban que Jesús quería decirle: "Compra
lo que hace falta para la fiesta", o bien que le
mandaba dar algo a los pobres.
Y en seguida, después de recibir el bocado, Judas
salió. Ya era de noche.
Después que Judas salió, Jesús dijo: "Ahora el Hijo
del hombre ha sido glorificado y Dios ha sido
glorificado en él.
Si Dios ha sido glorificado en él, también lo glorificará
en sí mismo, y lo hará muy pronto.
Hijos míos, ya no estaré mucho tiempo con ustedes.
Ustedes me buscarán, pero yo les digo ahora lo
mismo que dije a los judíos: 'A donde yo voy, ustedes
no pueden venir'.
Simón Pedro le dijo: "Señor, ¿adónde vas?". Jesús le
respondió: "A donde yo voy, tú no puedes seguirme
ahora, pero más adelante me seguirás".
Pedro le preguntó: "¿Por qué no puedo seguirte
ahora? Yo daré mi vida por ti".
Jesús le respondió: "¿Darás tu vida por mí? Te
aseguro que no cantará el gallo antes que me hayas
negado tres veces".
Extraído de la Biblia ,
Libro del Pueblo de Dios.
EVANGELIO LUNES SANTO
lunes 02 Abril 2012
Lunes Santo
Santo(s) del día : San Francisco de Paula
Evangelio según San Juan 12,1-11.
donde estaba Lázaro, al que había resucitado.
Allí le prepararon una cena: Marta servía y Lázaro era
uno de los comensales.
María, tomando una libra de perfume de nardo puro,
de mucho precio, ungió con él los pies de Jesús y los
secó con sus cabellos. La casa se impregnó con la
fragancia del perfume.
Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a
entregar, dijo:
"¿Por qué no se vendió este perfume en trescientos
denarios para dárselos a los pobres?".
Dijo esto, no porque se interesaba por los pobres,
sino porque era ladrón y, como estaba encargado de
la bolsa común, robaba lo que se ponía en ella.
Jesús le respondió: "Déjala. Ella tenía reservado este
perfume para el día de mi sepultura.
A los pobres los tienen siempre con ustedes, pero a
mí no me tendrán siempre".
Entre tanto, una gran multitud de judíos se enteró de
que Jesús estaba allí, y fueron, no sólo por Jesús,
sino también para ver a Lázaro, al que había
resucitado.
Entonces los sumos sacerdotes resolvieron matar
también a Lázaro,
porque muchos judíos se apartaban de ellos y creían
en Jesús, a causa de él.
Extraído de la Biblia ,
Libro del Pueblo de Dios.
EVANGELIO DOMINGO DE RAMOS
EVANGELIO ---------- A B R I L ..
domingo 01 Abril 2012
Domingo de Ramos
Santo(s) del día : San Hugo Francia
Evangelio según San Marcos 14,1-72.15,1-47.
Porque decían: "No lo hagamos durante la fiesta,
para que no se produzca un tumulto en el pueblo".
Mientras Jesús estaba en Betania, comiendo en casa de Simón el leproso, llegó una mujer con un frasco lleno de un valioso perfume de nardo puro, y rompiendo el frasco, derramó el perfume sobre la cabeza de Jesús.
Entonces algunos de los que estaban allí se indignaron y comentaban entre sí: "¿Para qué este derroche de perfume?
Se hubiera podido vender por más de trescientos denarios para repartir el dinero entre los pobres".
Y la criticaban.
Pero Jesús dijo: "Déjenla, ¿por qué la molestan?
Ha hecho una buena obra conmigo.
A los pobres los tendrán siempre con ustedes y podrán hacerles bien cuando quieran, pero a mí
no me tendrán siempre.
Ella hizo lo que podía; ungió mi cuerpo anticipadamente para la sepultura.
Les aseguro que allí donde se proclame
su memoria lo que ella hizo".
Judas Iscariote, uno de los Doce, fue a ver a los sumos sacerdotes para entregarles a Jesús.
Al oírlo, ellos se alegraron y prometieron darle
dinero. Y Judas buscaba una ocasión propicia para entregarlo.
El primer día de la fiesta de los panes Acimos,
cuando se inmolaba la víctima pascual, los discípulos dijeron a Jesús: "¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la comida pascual?".
El envió a dos de sus discípulos, diciéndoles:
"Vayan a la ciudad; allí se encontrarán con un
hombre que lleva un cántaro de agua.
Síganlo,
y díganle al dueño de la casa donde entre:
El Maestro dice: '¿Dónde está mi sala, en la que
voy a comer el cordero pascual con mis discípulos?'.
El les mostrará en el piso alto una pieza grande, arreglada con almohadones y ya dispuesta; prepárennos allí lo necesario".
Los discípulos partieron y, al llegar a la ciudad, encontraron todo como Jesús les había dicho y prepararon
Al
Y mientras estaban comiendo, dijo: "Les aseguro
que uno de ustedes me entregará, uno que come conmigo".
Ellos se entristecieron y comenzaron a preguntarle, uno tras otro: "¿Seré yo?".
El les respondió: "Es uno de los Doce, uno que se sirve de la misma fuente que yo.
El Hijo del hombre se va, como está escrito de él, pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre será entregado: más le valdría no haber nacido!".
Mientras comían, Jesús tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos,
diciendo: "Tomen, esto es mi Cuerpo".
Después tomó una copa, dio gracias y se la entregó, y todos bebieron de ella.
Y les dijo: "Esta es mi Sangre,
Les aseguro que no beberé más del fruto de la vid hasta el día en que beba el vino nuevo en el Reino
de Dios".
Después del canto de los Salmos, salieron hacia el monte de los Olivos.
Y Jesús les dijo: "Todos ustedes se van a escandalizar, porque dice
pastor y se dispersarán las ovejas.
Pero después que yo resucite, iré antes que ustedes
a Galilea".
Pedro le dijo: "Aunque todos se esca
ndalicen, yo no me escandalizaré".
Jesús le respondió: "Te aseguro que hoy, esta
misma noche, antes que cante el gallo por segunda vez, me habrás negado tres veces".
Pero él insistía: "Aunque tenga que morir contigo, jamás te negaré". Y todos decían lo mismo.
Llegaron a una propiedad llamada Getsemaní, y
Jesús dijo a sus discípulos: "Quédense aquí,
mientras yo voy a orar".
Después llevó con él a Pedro, Santiago y Juan, y comenzó a sentir temor y a angustiarse.
Entonces les dijo: "Mi alma siente una tristeza de muerte. Quédense aquí velando".
Y adelantándose un poco, se postró en tierra y
rogaba que, de ser posible, no tuviera que pasar
por esa hora.
Y decía: "Abba -Padre- todo te es posible: aleja de
mí este cáliz, pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya".
Después volvió y encontró a sus discípulos
dormidos. Y Jesús dijo a Pedro: "Simón, ¿duermes? ¿No has podido quedarte despierto ni siquiera una hora?
Permanezcan despiertos y oren para no caer en la tentación, porque el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil".
Luego se alejó nuevamente y oró, repitiendo las mismas palabras.
Al regresar, los encontró otra vez dormidos, porque sus ojos se cerraban de sueño, y no sabían qué responderle.
Volvió por tercera vez y les dijo: "Ahora pueden dormir y descansar. Esto se acabó. Ha llegado la
hora en que el Hijo del hombre va a ser entregado
en manos de los pecadores.
¡Levántense! ¡Vamos! Ya se acerca el que me va a entregar".
Jesús estaba hablando todavía, cuando se presentó Judas, uno de los Doce, acompañado de un grupo con espadas y palos, enviado por los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos.
El traidor les había dado esta señal: "Es aquel a
quien voy a besar. Deténganlo y llévenlo bien custodiado".
Apenas llegó, se le acercó y le dijo: "Maestro", y lo besó.
Los otros se abalanzaron sobre él y lo arrestaron.
Uno de los que estaban allí sacó la espada e hirió al servidor del Sumo Sacerdote, cortándole la oreja.
Jesús les dijo: "Como si fuera un bandido, han salido a arrestarme con espadas y palos.
Todos los días estaba entre ustedes enseñando en
el Templo y no me arrestaron. Pero esto sucede
para que se cumplan las Escrituras".
Entonces todos lo abandonaron y huyeron.
Lo seguía un joven, envuelto solamente con una sábana, y lo sujetaron;
pero él, dejando la sábana, se escapó desnudo.
Llevaron a Jesús ante el Sumo Sacerdote, y allí se reunieron todos los sumos sacerdotes, los ancianos
y los escribas.
Pedro lo había seguido de lejos hasta el interior del palacio del Sumo Sacerdote y estaba sentado con
los servidores, calentándose junto al fuego.
Los sumos sacerdotes y todo el Sanedrín buscaban
un testimonio contra Jesús, para poder condenarlo a muerte, pero no lo encontraban.
Porque se presentaron muchos con falsas acusaciones contra él, pero sus testimonios no concordaban.
Algunos declaraban falsamente contra Jesús:
"Nosotros lo hemos oído decir: 'Yo destruiré este Templo hecho por la mano del hombre, y en tres
días volveré a construir otro que no será hecho por
la mano del hombre'".
Pero tampoco en esto concordaban sus declaraciones.
El Sumo Sacerdote, poniéndose de pie ante la asamblea, interrogó a Jesús: "¿No respondes nada
a lo que estos atestiguan contra ti?".
El permanecía en silencio y no respondía nada. El Sumo Sacerdote lo interrogó nuevamente: "¿Eres
el Mesías, el Hijo de Dios bendito?".
Jesús respondió: "Sí, yo lo soy: y ustedes verán al Hijo del hombre sentarse a la derecha del Todopoderoso y venir entre las nubes del cielo".
Entonces el Sumo Sacerdote rasgó sus vestiduras y exclamó: "¿Qué necesidad tenemos ya de testigos?
Ustedes acaban de oír la blasfemia. ¿Qué les parece?". Y todos sentenciaron que merecía la muerte.
Después algunos comenzaron a escupirlo y, tapándole el rostro, lo golpeaban, mientras le
decían: "¡Profetiza!". Y también los servidores le daban bofetadas.
Mientras Pedro estaba abajo, en el patio, llegó una
de las sirvientas del Sumo Sacerdote
y, al ver a Pedro junto al fuego, lo miró fijamente y
le dijo: "Tú también estabas con Jesús, el Nazareno".
El lo negó, diciendo: "No sé nada; no entiendo de qué estás hablando". Luego salió al vestíbulo.
La sirvienta, al verlo, volvió a decir a los presentes: "Este es uno de ellos".
Pero él lo negó nuevamente. Un poco más tarde, los que estaban allí dijeron a Pedro: "Seguro que eres uno de ellos, porque tú también eres galileo".
Entonces él se puso a maldecir y a jurar que no conocía a ese hombre del que estaban hablando.
En seguida cantó el gallo por segunda vez. Pedro recordó las palabras que Jesús le había dicho:
"Antes que cante el gallo por segunda vez, tú me habrás negado tres veces". Y se puso a llorar.
En cuanto amaneció, los sumos sacerdotes se reunieron en Consejo con los ancianos, los escribas
y todo el Sanedrín. Y después de atar a Jesús, lo llevaron y lo entregaron a Pilato.
Este lo interrogó: "¿Tú eres el rey de los judíos?". Jesús le respondió: "Tú lo dices".
Los sumos sacerdotes multiplicaban las acusaciones contra él.
Pilato lo interrogó nuevamente: "¿No respondes nada? ¡Mira de todo lo que te acusan!".
Pero Jesús ya no respondió a nada más, y esto dejó muy admirado a Pilato.
En cada Fiesta, Pilato ponía en libertad a un preso,
a elección del pueblo.
Había en la cárcel uno llamado Barrabás, arrestado con otros revoltosos que habían cometido un homicidio durante la sedición.
La multitud subió y comenzó a pedir el indulto acostumbrado.
Pilato les dijo: "¿Quieren que les ponga en libertad
al rey de los judíos?".
El sabía, en efecto, que los sumos sacerdotes lo habían entregado por envidia.
Pero los sumos sacerdotes incitaron a la multitud
a pedir la libertad de Barrabás.
Pilato continuó diciendo: "¿Qué debo hacer, entonces, con el que ustedes llaman rey de los judíos?".
Ellos gritaron de nuevo: "¡Crucifícalo!".
Pilato les dijo: "¿Qué mal ha hecho?". Pero ellos gritaban cada vez más fuerte: "¡Crucifícalo!".
Pilato, para contentar a la multitud, les puso en libertad a Barrabás; y a Jesús, después de haberlo hecho azotar, lo entregó para que fuera crucificado.
Los soldados lo llevaron dentro del palacio, al pretorio, y convocaron a toda la guardia.
Lo vistieron con un manto de púrpura, hicieron una corona de espinas y se la colocaron.
Y comenzaron a saludarlo: "¡Salud, rey de los judíos!".
Y le golpeaban la cabeza con una caña, le escupían
y, doblando la rodilla, le rendían homenaje.
Después de haberse burlado de él, le quitaron el manto de púrpura y le pusieron de nuevo sus vestiduras. Luego lo hicieron salir para crucificarlo.
Como pasaba por allí Simón de Cirene, padre de Alejandro y de Rufo, que regresaba del campo, lo obligaron a llevar la cruz de Jesús.
Y condujeron a Jesús a un lugar llamado Gólgota,
que significa: "lugar del Cráneo".
Le ofrecieron vino mezclado con mirra, pero él no lo tomó.
Después lo crucificaron. Los soldados se repartieron sus vestiduras, sorteándolas para ver qué le tocaba
a cada uno.
Ya mediaba la mañana cuando lo crucificaron.
La inscripción que indicaba la causa de su condena decía: "El rey de los judíos".
Con él crucificaron a dos ladrones, uno a su derecha
y el otro a su izquierda.
Los que pasaban lo insultaban, movían la cabeza y decían: "¡Eh, tú, que destruyes el Templo y en tres días lo vuelves a edificar,
sálvate a ti mismo y baja de la cruz!".
De la misma manera, los sumos sacerdotes y los escribas se burlaban y decían entre sí: "¡Ha salvado
a otros y no puede salvarse a sí mismo!
Es el Mesías, el rey de Israel, ¡que baje ahora de la cruz, para que veamos y creamos!". También lo insultaban los que habían sido crucificados con él.
Al mediodía, se oscureció toda la tierra hasta las tres de la tarde;
y a esa hora, Jesús exclamó en alta voz: "Eloi, Eloi, lamá sabactani", que significa: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?".
Algunos de los que se encontraban allí, al oírlo, dijeron: "Está llamando a Elías".
Uno corrió a mojar una esponja en vinagre y, poniéndola en la punta de una caña le dio de beber, diciendo: "Vamos a ver si Elías viene a bajarlo".
Entonces Jesús, dando un gran grito, expiró.
El velo del Templo se rasgó en dos, de arriba abajo.
Al verlo expirar así, el centurión que estaba frente a él, exclamó: "¡Verdaderamente, este hombre era
Hijo de Dios!".
Había también allí algunas mujeres que miraban de lejos. Entre ellas estaban María Magdalena, María, la madre de Santiago el menor y de José, y Salomé,
que seguían a Jesús y lo habían servido cuando estaba en Galilea; y muchas otras que habían
subido con él a Jerusalén.
Era día de Preparación, es decir, víspera de sábado. Por eso, al atardecer,
José de Arimatea -miembro notable del Sanedrín,
que también esperaba el Reino de Dios- tuvo la audacia de presentarse ante Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús.
Pilato se asombró de que ya hubiera muerto; hizo llamar al centurión y le preguntó si hacía mucho que había muerto.
Informado por el centurión, entregó el cadáver a José.
Este compró una sábana, bajó el cuerpo de Jesús,
lo envolvió en ella y lo depositó en un sepulcro
cavado en la roca. Después, hizo rodar una piedra
a la entrada del sepulcro.
María Magdalena y María, la madre de José,
miraban dónde lo habían puesto.
Extraído de
EVENGELIO
sábado 31 Marzo 2012
Sábado de la quinta semana de Cuaresma
Santo(s) del día : San Benjamin Ergol , San Amós (Profeta)
Evangelio según San Juan 11,45-56.
habían ido a casa de María creyeron en él.
Pero otros fueron a ver a los fariseos y les contaron lo
que Jesús había hecho.
Los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron un
Consejo y dijeron: "¿Qué hacemos? Porque este
hombre realiza muchos signos.
Si lo dejamos seguir así, todos creerán en él, y los
romanos vendrán y destruirán nuestro Lugar santo y
nuestra nación".
Uno de ellos, llamado Caifás, que era Sumo Sacerdote
ese año, les dijo: "Ustedes no comprenden nada.
¿No les parece preferible que un solo hombre muera
por el pueblo y no que perezca la nación entera?".
No dijo eso por sí mismo, sino que profetizó como
Sumo Sacerdote que Jesús iba a morir por la nación,
y no solamente por la nación, sino también para
congregar en la unidad a los hijos de Dios que
estaban dispersos.
A partir de ese día, resolvieron que debían matar a
Jesús.
Por eso él no se mostraba más en público entre los
judíos, sino que fue a una región próxima al desierto,
a una ciudad llamada Efraím, y allí permaneció con
sus discípulos.
Como se acercaba
gente de la región había subido a Jerusalén para
purificarse.
Buscaban a Jesús y se decían unos a otros en el
Templo: "¿Qué les parece, vendrá a la fiesta o no?".
Extraído de
EVENGELIO
viernes 30 Marzo 2012
Viernes de la quinta semana de Cuaresma
Santo(s) del día : Santa Irene Macedonia
Evangelio según San Juan 10,31-42.
Entonces Jesús dijo: "Les hice ver muchas obras
buenas que vienen del Padre; ¿Por cuál de ellas me
quieren apedrear?".
Los judíos le respondieron: "No queremos apedrearte
por ninguna obra buena, sino porque blasfemas, ya
que, siendo hombre, te haces Dios".
Jesús les respondió: "¿No está escrito en
dije: Ustedes son dioses?
Si
-y
¿Cómo dicen: 'Tú blasfemas', a quien el Padre
santificó y envió al mundo, porque dijo: "Yo soy Hijo
de Dios"?
Si no hago las obras de mi Padre, no me crean;
pero si las hago, crean en las obras, aunque no me
crean a mí. Así reconocerán y sabrán que el Padre
está en mí y yo en el Padre".
Ellos intentaron nuevamente detenerlo, pero él se les
escapó de las manos.
Jesús volvió a ir al otro lado del Jordán, al lugar donde
Juan había bautizado, y se quedó allí.
Muchos fueron a verlo, y la gente decía: "Juan no ha
hecho ningún signo, pero todo lo que dijo de este
hombre era verdad".
Y en ese lugar muchos creyeron en él.
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EVANGELIO
miércoles 28 Marzo 2012
Miércoles de la quinta semana de Cuaresma
Santo(s) del día : San Sixto III
Evangelio según San Juan 8,31-42.
"Si ustedes permanecen fieles a mi palabra, serán
verdaderamente mis discípulos:
conocerán la verdad y la verdad los hará libres".
Ellos le respondieron: "Somos descendientes de
Abraham y jamás hemos sido esclavos de nadie.
¿Cómo puedes decir entonces: 'Ustedes serán
libres'?".
Jesús les respondió: "Les aseguro que todo el que
peca es esclavo del pecado.
El esclavo no permanece para siempre en la casa; el
hijo, en cambio, permanece para siempre.
Por eso, si el Hijo los libera, ustedes serán realmente
libres.
Yo sé que ustedes son descendientes de Abraham,
pero tratan de matarme porque mi palabra no penetra
en ustedes.
Yo digo lo que he visto junto a mi Padre, y ustedes
hacen lo que han aprendido de su padre".
Ellos le replicaron: "Nuestro padre es Abraham". Y
Jesús les dijo: "Si ustedes fueran hijos de Abraham
obrarían como él.
Pero ahora quieren matarme a mí, al hombre que les
dice la verdad que ha oído de Dios. Abraham no hizo
eso.
Pero ustedes obran como su padre". Ellos le dijeron:
"Nosotros no hemos nacido de la prostitución;
tenemos un solo Padre, que es Dios". Jesús
prosiguió:
"Si Dios fuera su Padre, ustedes me amarían, porque
yo he salido de Dios y vengo de él. No he venido por
mí mismo, sino que él me envió.
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