Hoy es tu cumpleaños. En una noche clara, tú, sueño acariciado, fuiste el niño del alba.
(fuiste niña del alba)
En un precioso día colmado de esperanza floreció tu semilla para el fruto del alma. Se alborozó tu barro al soplo de la gracia y tu conjunto extraño llenó toda la casa. Te acunaba el asombro, tierna carne engendrada, y tus abiertos ojos eran milagro y dádiva. Tu párvula sonrisa fue suspiro en la estancia; tu grata cercanía alejó la nostalgia.
Han pasado los años rápidos como el viento, como el fulgor del rayo en la noche de invierno. Tú sigues siendo el niño
(Sigues siendo la niña) del más amado tiempo, tienes calor bendito
(mantienes lozanía) de tu primer ensueño. Aunque ha crecido el alma y la mente y el cuerpo, está el niño del alba
(va la niña del alba) palpitando en tu pecho. Y sigues siendo noble, y sigues siendo bueno,
(sigue libre tu vuelo,) en averno que rompe
tu cósmico universo.
Celebramos el día feliz de tu llegada, la noche amanecida con tu mañana cálida.
Campanadas de gloria conmovieron las lágrimas, hoy resuenan sus ondas por ti, niño del alba.
(por ti, niña del alba)
Que sigas muchos años siendo el niño del alba,
(siendo niña del alba,)
valiente, ilusionado,
(asoma el dulce encanto)
con tu mirada franca.
(de tu mirada franca)
Y cuando seas viejo
(Cuando pasado el tiempo) y tu cabeza cana,
(llegues a la edad blanca) conserva intacto el cielo diáfano de tu infancia.
Emma-Margarita R. A.-Valdés
Del libro: "Maternidad..., es poesía". Reservados todos los Derechos de Autor. Prohibida su reproducción sin su expreso
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