Domingo 09 Septiembre 2012
Cuando Jesús volvía de la región
de Tiro, pasó por Sidón y fue hacia
el mar de Galilea, atravesando
el territorio de la Decápolis.
Entonces le presentaron a
un sordomudo y le pidieron que
le impusiera las manos.
Jesús lo separó de la multitud
y, llevándolo aparte, le puso
los dedos en las orejas y con
su saliva le tocó la lengua.
Después, levantando los ojos
al cielo, suspiró y le dijo:
"Efatá", que significa:
"Abrete".
Y enseguida se abrieron sus oídos,
Y enseguida se abrieron sus oídos,
se le soltó la lengua y comenzó
a hablar normalmente.
Jesús les mandó insistentemente
que no dijeran nada a nadie,
pero cuanto más insistía, ellos más
lo proclamaban
y, en el colmo de la admiración,
decían: "Todo lo ha hecho bien:
hace oír a los sordos y hablar
a los mudos".
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Extraído de la Biblia, Libro del
Pueblo de Dios.
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