martes, 31 de enero de 2012

POR LOS TÚNELES DE ACERO

POR LOS TÚNELES DE ACERO


La ciudad abre sus fauces

a la mañana ceniza,

regurgita su hato de hombres

hacia esperanzas marchitas,

por los túneles de acero

que ofrecen ciegas salidas

al paraíso perdido

buscado por las esquinas.

Hombres que al atardecer,

con las miradas sombrías

y el peso de la añoranza

en sus cansadas pupilas,

por los túneles de acero

regresan a sus guaridas,

al cemento de sus cárceles,

fraguado en melancolía.

En la noche sin descanso,

rota por la algarabía

de motores y sirenas

en las ventanas rojizas,

por los túneles de acero

del sueño que les habita

galopan pena y dolor,

y el ansia de nuevas vidas.

Y a la mañana siguiente

la fría ciudad vomita

los mismos hombres de asfalto

hacia iguales fantasías,

por los túneles de acero

que ofrecen ciegas salidas

al paraíso perdido

en las oscuras esquinas.


Emma-Margarita R. A.-Valdés

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