viernes, 17 de diciembre de 2010

ANIMALITOS
















poemas

  • Las manchas de la luna


  • A la bella y blanca Luna
  • Ama la pérfida Zorra;
  • La persigue tanto
  • y tanto Que es la sombra de su sombra.

  • Tras su Amada,
  • hacia el ocaso,
  • Va en carrera presurosa,
  • Mas detienen su camino Anchos muros de altas olas.
  • Tras su Amada, hacia el oriente,
  • Va................*
  • Y la mansión de la Luna Con plantas ágiles toca.

  • La blanca Luna se eleva,
  • La plena Luna remonta,
  • Y, a cogerla entre sus brazos,
  • Salta la pérfida Zorra.

  • Fue la Luna inmaculada, Inmaculada y hermosa,
  • Mas quedó manchada
  • y triste Con los besos de la Zorra.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

FELISIDADES
















ESCRITO VARIADO

PODRÉ VIVIR FELIZ



Cuando se cumpla la hora del encuentro
y brillen las imágenes perdidas,
cuando se abran quejosas las heridas,
emergerá el dolor que llevo dentro.

No miraré hacia atrás ni hacia mi centro,
Inventaré un futuro a nuestras vidas,
Recordaré las fechas más queridas,
Gozaré del soñado reencuentro.

En el acalorado aturdimiento
Disfrutaré la dicha de la entrega
En la vivencia fácil del momento.

Con la ilusión de un nuevo sentimiento
y con el alma sorda, muda y ciega,
Podré vivir feliz, sin sufrimiento.

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Venciste mi tormenta
con relámpagos de aguas luminosas
y me hiciste heredera de tu reino.

Testamento de espigas
en mis áridas tierras despobladas.
La voz del infinito,
oculta en las estelas del secreto,
me reveló el futuro que mana de la roca:

cantaré amaneceres en los pinos,
tendré enjambres de miel con aroma de albahaca
y adornarán mi pecho
ramilletes de soles verticales.

Las ráfagas de umbría
en mi éxodo febril hacia la noche,
me izaron sobre efímeras espumas,
amargos barrizales secaron mi corriente.

Fui visión de ciprés en la aurora fugaz.
Y rompí el plan sagrado
por viejas cicatrices de mi arcilla.

Pero hoy brilla tu alcorce en las cañadas
llamándome a esponsales.
¡Vísteme de inocencia
para el blanco banquete de tus bodas!.

Me acercaré a tu pórtico e invocaré tu nombre;
mi humilde golondrina perdida en el paisaje
volará con tus alas de paloma;
recordaré tu tiempo sobre el altar del mundo,
me enlazaré en tus brazos extendidos;
creceré espiga fértil de tu siembra;

a la tercera copa brindaré
con el mágico zumo de tu vid;
proclamaré la gloria de tu eterno banquete.

Maduran las semillas
con el agua cautiva de tu amor,
líquida arquitectura de templos sumergidos
desde el día angular de barro y piedra.

Esplenden las fontanas
que confirman tus dones inmutables,
y un éxtasis que fluye hacia el mar vespertino
me anuncia un despertar de ríos vagabundos.

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Si me invitas, Rey mío,
y revistes de níveas azucenas
mi tallo descarnado,
cantaré amaneceres en los pinos,
tendré enjambres de miel con aroma de albahaca
y adornarán mi pecho
ramilletes de soles verticales.



Esta composición de cinco estrofas contiene los siete Sacramentos de la doctrina cristiana.

La primera estrofa representa el Sacramento del Bautismo purificador del pecado original,
hace que el alma sea partícipe de la gracia divina, de los dones sobrenaturales, y heredera del cielo:
"Venciste mi tormenta...aguas luminosas...heredera de tu reino..."

La segunda estrofa refleja el Sacramento de la Penitencia, el pecado, el reconocimiento de la culpa, el arrepentimiento, la manifestación de la falta y el propósito del bien:
"Las ráfagas de umbría...rompí el plan sagrado...brilla tu senda..."

La tercera estrofa recoge la liturgia eucarística. Plegaria eucarística:
"¡Vísteme de inocencia...".
Prefacio, pórtico de entrada:
"Me acercaré a tu pórtico".
Epíclesis, invocación:
"invocaré tu nombre".
Relato de la institución de la eucaristía:
"recordaré tu tiempo".
Proclamación de Jesús como Salvador:
"volaré con tus alas de paloma".
Anámnesis: "me enlazaré en tus brazos extendidos".
Ofrecimiento e intercesiones:
"creceré dulce espiga de tu siembra". Doxología, glorificación: "proclamaré la gloria de tu eterno banquete".
Comunión: "a la tercera copa brindaré" (en el ritual judío la copa de la bendición era la tercera de la cena).
Esta estrofa también representa el Sacramento del Orden, la consagración a Dios:
"creceré dulce espiga de tu siembra...volaré con tus alas de paloma...".

La cuarta estrofa corresponde al Sacramento de la Confirmación: "maduran las semillas...confirman tus dones celestiales...".

La quinta estrofa corresponde al Sacramento de la Unción, que lleva a la resurrección:
"revistes...mi tallo descarnado ... cantaré amaneceres..."

Las citas de la Biblia que se incluyen deben ser tenidas en cuenta para completar la interpretación del poema, pues aportan otros significados.
Esta poesía, en su conjunto, representa el Sacramento del Matrimonio, tomando como base la parábola de los invitados a la boda.
Aquí la invitada a la boda es el alma del contrayente:
"Vísteme, Señor, para las bodas".
Además, siguiendo los Sacramentos, es una alegoría del ritual de la vida:
nacimiento
- madurez
- reconciliación
- alimento
- matrimonio
- encuentro
y
entrega
- resurrección.


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HIJO, MIEL Y CERA


Hijo, es mi carne cuna de tu suerte,
en mi entraña se engendran tus albores,
no importan sacrificios y dolores
para un alma de Dios y un cuerpo fuerte.


Sufro ansiedad, angustia, por quererte,
abeja libadora de mis flores,
pues me darás la miel de tus amores
o la cera del cirio de mi muerte.

Aclaraste de golpe mi destino,
me embriago con tu aroma de azahares
y eres la luz del sol de mi camino.

Serás mi ofrenda libre, pan y vino,
miel y cera de eternos colmenares,
el indulto de amor, el don divino.


poético elegido, la manifestación externa formal, es un soneto, que generalmente se emplea para la expresión material de conceptos profundos, trascendentes, como es, en este caso, la maternidad.
En una primera lectura se puede acceder con facilidad, por su sencillez, al significado superficial: Los sentimientos de la mujer ante la concepción del hijo.
En un análisis más detenido se obtienen, entre otras, las siguientes interpretaciones:
a) Relaciona la maternidad con el Sacrificio de la Misa.
La mujer es el templo y el altar. La Misa comienza con los ritos iniciales y la antífona de entrada, se anuncia el misterio que se va a celebrar y su carácter sobrenatural:
"es mi carne cuna de tu suerte, en mi entraña se engendran tus albores"..."un alma de Dios".
El acto penitencial, la plegaria ofrecida por la caridad, son los "sacrificios y dolores"
y se espera "el indulto de amor".
El Evangelio representado es el que dice "el que me sigue no camina en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida" (Jn 8,18),
y en el poema: "eres la luz del sol de mi camino".
Las ofrendas son el cuerpo y la sangre del hijo: "ofrenda libre, pan y vino".
La bendición y consagración del pan y el vino son símbolos de la resurrección: "miel y cera de eternos colmenares".
Concluye la Misa con la acción de gracias, y en el misal romano se lee: "que este don temporal sea para nosotros una protección eterna", y en la poesía:
"el indulto de amor, el don divino". El incienso está representado por el "aroma de azahares", aroma de pureza.
Podría significar, además, la universal maternidad de la Iglesia, siguiendo las reflexiones de San Juan Crisóstomo.


b) Otra interpretación hace ostensible el carácter divino de la maternidad.
La madre concibe un alma, "alma de Dios" y la envuelve con un "cuerpo fuerte". El hijo es un "don divino", por lo que "no importan sacrificios y dolores".
Es la "luz del sol", la luz verdadera. Embriaga con su "aroma de azahares", el hijo es la flor del azahar, símbolo de pureza.

c) Podría considerarse como un manifiesto en contra de la legalización del aborto en los casos de "ansiedad y angustia" de la madre: "Sufro ansiedad, angustia, por quererte".
d) Refleja el cambio que produce la maternidad en la mujer:
transformaste de golpe mi destino". El contacto del hijo despierta en la madre el instinto natural: "me embriago con tu aroma de azahares". La maternidad supone una entrega al hijo, una renuncia a los goces del cuerpo y del alma cuando se interpongan en la consecución de la vida de la criatura:
"abeja libadora de mis flores". La mujer encuentra un nuevo sentido a la vida: "eres la luz del sol de mi camino".

e) Al hacerse referencia a la miel y la cera, símbolos poéticos de la naturaleza, se incorporan nuevos significados.
Por un lado representa la maternidad de la tierra, considerando la tierra como Gaia, Gea, etc. En este caso representa la vida y la muerte, el amor y el desamor, surgiendo del cosmos:
"miel de tus amores", "cera de mi muerte". El hijo es la luz del sol, la fuerza de la vida. Por otro lado en el simbolismo cristiano la abeja representa a la Virgen María en la Encarnación y la Concepción;
se decía que las abejas se reproducían virginalmente, por partenogénesis (parthenos=Virgen). La miel es el alimento natural ofrecido por Dios al hombre en la Tierra Prometida,
"tierra por la que corren ríos de leche y miel" (Dt 8,7-10; 27,3). La colmena representa a la Virgen María, Reina de la Iglesia, que reúne a sus miembros para formar el Cuerpo de Cristo.
La luz es la iluminación divina sobre la oscuridad (Gen 1,1-2); Cristo es "la luz del mundo" (1 Cor 4,5); la Virgen María, "portadora de la luz"; "
la gloria de Dios es su luz y su lámpara es el Cordero (Apocalipsis 21,23); etc.

f) Siguiendo con el simbolismo cristiano esta poesía tiene cuatro estrofas, el número cuatro representa el cuerpo, los cuatro elementos,
los cuatro evangelistas, los cuatro ríos del Paraíso, la tierra...
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jueves, 2 de diciembre de 2010

miércoles, 1 de diciembre de 2010